This is a post I wrote about “The promise of open data and the current ambiguity of the concept of open government”, referring to an excellent article by Yu, Harlan, & Robinson, David G. (2012). First in a series of posts I will write about the nature of technologically mediated “openness” in governmental practices. The original article is here and posted below (in Spanish).
La promesa del Open Data y la ambigüedad actual del concepto de “gobierno abierto”
Durante el mes de Febrero de 2012 se publicaron tres documentos sobre datos abiertos (Open Data) que revelan la situación de este campo en la actualidad, lo que está en juego y lo que necesita trabajarse de manera más precisa y exigente.
Por un lado, Harlan Yu y David G. Robinson, investigadores de la Universidad de Princeton y Yale, publicaron a finales del mes un ensayo muy valioso donde describen lo que denominan “la nueva ambigüedad del gobierno abierto”. Por otro lado, la Open Knowledge Foundation (OKF) publicó la versión 1.0 del Open Data Handbook (Manual de Open Data) bajo una licencia Creative Commons 3.0, un documento que promete convertirse en un recurso clave para la promoción de los datos abiertos en varias regiones del mundo. Finalmente, O’Reilly Radar publicó “Data for the Public Good: Data Holds Immense Potential to Help Citizens and Government” (Data para el Bien Público: La data tiene un potencial inmenso para ayudar a los ciudades y el gobierno), una publicación que da cuenta del impacto del uso de datos para el desarrollo humano y que puede ser descargada gratuitamente (previo registro en la web de la compañía).
Para Yu y Robinson (2012), la noción de “Open Government” (gobierno abierto) solía tener una aspecto políticamente “duro” y se refería a la revelación de información gubernamental y políticamente sensible. Sin embargo, actualmente este significado se ha vuelto difuso y se ha trasladado hacia la tecnología. Hoy la noción de “gobierno abierto” abarca muchos aspectos. Por ejemplo, la noción de “open government data” (datos abiertos del gobierno) se puede referir a los datos que hacen que un gobierno sea más abierto en general (más transparente), pero también puede referirse a revelaciones que hace el sector público pero que son políticamente neutrales; que son fáciles de reutilizar, pero que no tienen nada que ver con la rendición de cuentas (public accountability).
Según los autores, hoy en día un gobierno puede llamarse a si mismo “abierto” si construye el tipo correcto de Sitio Web, aunque esto no implique que se vuelva más transparente o mejor en la rendición de cuentas. Más explícitamente comentan:
Cuando los “datos abiertos” son confundidos con la idea de “gobierno abierto”, los gobiernos son capaces de atribuirse el éxito de exhibir una mayor transparencia, brindando únicamente tecnologías para los datos abiertos (3).
Esta ambigüedad en el uso y significado de términos hace más difícil que políticos y activistas articulen prioridades claras y demandas convincentes. Se propone separar las políticas de un gobierno abierto, de las tecnologías de datos abiertos. Esto significa reconocer que las tecnologías pueden hacer que la información pública sea más adaptable, y que esta empodere a terceros a contribuir de formas nuevas, importantes y emocionantes a diversos aspectos de la vida cívica (como a través de “hackatones”, por ejemplo). Sin embargo, significa también asumir que los desarrollos tecnológicos no resuelven los debates sobre las prioridades para la vida cívica o para los procesos de transparencia. Significa sobre todo que las mejoras en la provisión de servicios del gobierno (de datos abiertos, por ejemplo) no pueden substituir los procesos concretos e institucionales de rendición de cuentas.
Casi la misma semana en que el ensayo de Yu y Davidson (2012) fue publicado, la Open Knowledge Foundation, una organización basada en Europa, publicó la primera versión del Manual de Datos Abiertos, un documento que marca un hito en esta área pues pretende constituirse como una iniciativa a largo plazo, desarrollada por una red de voluntarios y colaboradores diversos que continuarán realizando adiciones al documento, concebido también como permeable a cambios y mejoras.
Casi simultáneamente desde el otro lado del océano, O’Reilly Media, publicó “Data para el bien público”, un documento descargable que ha sido difundido ampliamente en las comunidades digitales de Norte América. La publicación pone énfasis en que “hacer que los datos sean accesibles no es suficiente” (3) y que “el uso de datos para el bien público depende de una comunidad distribuida de medios, organizaciones sin fines de lucro, instituciones académicas y activistas civiles”. Asimismo, el reporte de O’Reilly, subraya los principios de la data para el bien público y explora las áreas donde el uso de data ya está teniendo grandes efectos: Finanzas y consumo, tránsito, transparencia del gobierno (open data), periodismo de datos (data journalism), ayuda humanitaria y desarrollo, respuestas a crisis y emergencias, y salud.
Estas tres publicaciones resaltan varios asuntos claves a tener en cuenta a lo largo de este año:
- El movimiento global para la adopción de estándares de datos abiertos seguirá en crecimiento acelerado, y los proyectos de datos abiertos continuarán siendo implementados en diversos países, tanto a nivel nacional, como regional y local (Quebec acaba de lanzar una Web para datos abiertos a nivel provincial; Chile se encuentra desarrollando una consulta pública sobre datos abiertos y en Europa varios colectivos impulsan la adopción una licencia única de datos abiertos para la Comunidad Europea). La cantidad de comunidades de especialistas trabajando en diversos contextos nacionales hacen de los datos abiertos un área de desarrollo importante, pues permiten trabajar y aprender desde espacios culturales e institucionales diversos. Esto favorece el estudio de variables claves a considerar en este tipo de iniciativas socio-tecnológicas. En otras palabras, aprenderemos mucho de la promoción de datos abiertos en espacios nacionales y culturales diversos. Prestemos atención, y compartamos el conocimiento logrado a nivel local.
- Las ambigüedades mencionadas por Yu y Robinson (2012) son importantes, pues exigen que nos volvamos mejores en definir los ámbitos para el trabajo desde tecnologías y desde la acción política. No podemos juntar todo en el mismo saco, y pensar que la aparición de un nuevo sitio Web sobre datos abiertos en nuestro gobierno local, región o país, es el mejor indicador de un avance hacia un gobierno abierto. Dicho de otra manera, la situación actual requiere de mayor claridad, especificidad y exigencia hacia los procesos encaminados por
instituciones públicas, y hacia nuestro propios procesos como promotores de gobiernos abiertos. - El fortalecimiento de una ecología local, formada por agentes, organizaciones e instituciones interesadas en el uso de datos abiertos es clave. Esto significa trabajar concertadamente en diversos frentes relacionados a la formación de capacidades, desarrollo e investigación, diseño e implementación de legislación, cabildeo y sensibilización social, experimentación y activismo en torno a la importancia de datos abiertos para la rendición de cuentas y la transparencia en los gobiernos. Significa, sobre todo, producir y compartir información y opinión, activar debates y diálogos, encuentros y colaboraciones para participar en lo que hoy toma la forma de un movimiento global hacia el uso de las tecnologías para el desarrollo político en sociedades diversas.
El pensar en una ecología o comunidad distribuida que promueve el uso de datos abiertos nos permite no solo concebir de un universo interrelacionado de asuntos y agentes, pero también identificar o reconoces ámbitos específicos de desarrollo (por ejemplo, la OKF se encuentra impulsando la creación de un Manual de Periodismo de Datos o “Data Journalism Handbook”, y en el Reino Unido se han unido varias instituciones para compartir datos abiertos en epidemiología y salud). En todos los países, regiones y temáticas se requiere de este tipo de trabajo articulado, pero también segmentado. Se trata de repartir y especializar las tareas, entre varios, aprovechando nuestras distintas fortalezas.
Pensar de manera sistémica también nos permite ver que también existen intereses comerciales y corporativos en torno a los datos abiertos. No olvidemos que Amazon es pionero en este campo, y que hoy en día provee de servicios para datos abiertos en nube. Sobre el trabajo con datos abiertos a nivel corporativo o privado, escribiremos más en un futuro cercano.
En el Perú, es importante reconocer el valioso trabajo que realiza Escuelab, una organización sin fines de lucro que promueve activamente el uso de datos abiertos y que ya ha desarrollado varias Hackatones. Igualmente, es importante reconocer y difundir iniciativas a cargo de organizaciones como La Factura que genera visualizaciones con los datos abiertos de la Municipalidad Metropolitana de Lima, de instituciones como Proética que recientemente lanzó la primera versión de su Promesómetro o de Suma Ciudadana con el proyecto Justicia y Transparencia, por ejemplo. Estos proyectos constituyen esfuerzos importantes que revelan la existencia de una ecología local para la promoción y utilización de los datos abiertos. Esta creciente ecología o comunidad distribuida de personas y organizaciones interesadas en el uso de tecnologías para la mejora de la sociedad y sus procesos políticos es clave y debería contar con el apoyo institucional de entidades públicas y privadas diversas.
Si bien la idea de los datos abiertos ya es más conocida en la actualidad, queda mucho camino por recorrer para lograr que sus promesas se van reflejadas en instituciones públicas más efectivas, transparentes y democráticas. Las tres publicaciones mencionadas en este artículo revelan que el 2012 puede ser un año muy importante para los datos abiertos, y que el resultado dependerá de la vitalidad y la interconexión entre diversas ecologías de datos abiertos que se encuentran emergiendo en distintas regiones del mundo.
Reconozcamos, nutramos y continuemos fortaleciendo la nuestra.
Texto: Mauricio Delfin
Fuentes:
Howard, Alex (2012) “Data for the public good: Data Holds Immense Potential to Help Citizens and Government”. O’Reilly Media, en http://shop.oreilly.com/product/0636920025580.do
Open Knowledge Foundation (2012) “Open Data Handbook” en http://opendatahandbook.org
Yu, Harlan, & Robinson, David G. (2012). The New Ambiguity of “Open Government.” SSRN eLibrary, en http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=2012489
*Foto: Participantes de la Hackaton del Agua en Escuelab, Noviembre 2011 (Fuente: Escuelab).