Hacia un Gobierno Abierto de la Cultura en Lima

* Artículo publicado en Diario 16, el 27 de Marzo de 2015

La situación actual de las políticas culturales en Lima Metropolitana puede ser descrita como una severa crisis de gobernanza cultural en la ciudad. Ante esta situación haríamos bien en construir una agenda a partir de los principios del “gobierno abierto”. Impulsar una agenda de gobierno abierto que incida en las políticas culturales que el gobierno metropolitano impulsa tácita o explícitamente implicaría abrir datos y abrir procesos, trabajando en base a tres principios claves.

El primero sería garantizar la transparencia en la gestión de las políticas culturales. Esto implica asegurar nuestro derecho al acceso a la información pública. La Gerencia de Cultura debe brindar la información que soliciten los ciudadanos de forma oportuna, en línea con la Ley de Transparencia que existe en el Perú desde hace más de una década, y en formatos digitales y reutilizables (datos abiertos). Más allá de una posición “reactiva” ante las solicitudes de los ciudadanos (muchas de las cuales no están siendo atendidas de forma adecuada en la actualidad), esta transparencia debe de tornarse proactiva: los ciudadanos deben recibir información clave (presupuestal y de planificación) de forma oportuna y completa, y eventualmente de forma “colaborativa”: buscando que esta pueda ser utilizada para generar otros procesos y productos.

El segundo principio que resulta crucial es la rendición de cuentas. Esto supone que las autoridades no sólo informen de su proceder, sino que también respondan y justifiquen técnicamente sus acciones, actuando con responsabilidad y asumiendo eventuales sanciones ante decisiones arbitrarias (el caso de Rio Verde en este sentido, es sumamente preocupante). Esta dimensión es central en el caso de nuestra ciudad en donde las autoridades responsables de las políticas públicas parecen asumir que ganar las elecciones equivale a gobernar sin asumir responsabilidades y sin honrar acuerdos y compromisos institucionalizados.

Finalmente, la tercera dimensión de una agenda de gobierno abierto para la cultura implicaría garantizar la participación ciudadana en procesos de definición, implementación y evaluación de las políticas culturales. Desde esta perspectiva, informar de manera exclusiva por Facebook o a través de comunicados sobre lo que se hace no es suficiente. Un nivel necesario de participación tendría que ver con promover la consulta a los ciudadanos (como cuando se diseñó la Ordenanza Nº 1673 que promueve la Cultura Viva Comunitaria, por citar un ejemplo). Sin embargo, el objetivo final de esta dimensión es trabajar hacia la inclusión de los ciudadanos en la toma de decisiones, buscando su colaboración y aprendiendo de sus saberes locales, e incluso apuntando a su empoderamiento y a la eventual delegación de poderes a la ciudadanía organizada. Bajo esta perspectiva la presentación de un Plan de Cultura por parte de la nueva gestión — demanda central de casi todos los gestores, artistas y organizaciones culturales preocupadas por las políticas culturales en la ciudad — es tan sólo un primer paso en el necesario proceso hacia la validación de una visión y programa de intervención pública en cultura.

Como dice el investigador César Cruz-Rubio, “el gobierno abierto es una cuestión de principios.” No hay excusas válidas para no asumir una agenda de gobierno abierto de la cultura en Lima. Existen abundantes manuales y recursos técnicos gratuitos para llevar a cabo estos procesos de gobierno abierto (Ver Cruz-Rubio, 2014: bit.ly/ch-ga) así como una comunidad local que viene trabajando estos temas activamente.

La sociedad civil vinculada a los sectores de las artes y la cultura en Lima ha demostrado que es capaz de organizarse y movilizarse para exigir sus derechos culturales. Esto significa que estamos en el momento ideal para avanzar y exigir este horizonte de trabajo e intervención. Las autoridades responsables de las políticas culturales en la ciudad deben de entender que guardar silencio o mantenerse indiferentes ante estas demandas ciudadanas no es más una opción.

 

Mauricio Delfin
Director
Culturaperu.org

 

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